EJERCICIO
Y DIETAS.
Arq.
Abel Colorado Sáinz.
A propósito del día del
padre, quienes tenemos hijos entre los 15 y 30 años de edad, vemos con asombro
las nuevas modas que están adoptando los jóvenes y enseguida vamos haciendo la
comparación con las que había en nuestros tiempos, por ejemplo, ahora los
chavos están obsesionados con las
rutinas del gimnasio, los chicos sueñan con tener el abdomen “marcado” para
presumir el estómago de lavadero, los bicéps musculosos para usar camisas talla
chica o de niño y así impresionar a sus fans. Las chicas también están
empeñadas en marcar el abdomen y son presas del ejercicio diario, crossfit, insanity, pesas, aparatos, ligas TRX y sobre
todo uno que se hace llamar “Pole Dance” que no es otra cosa que un baile sexy
utilizando un tubo vertical en el que realizan movimientos acrobáticos a base
de cantoneos armónicos bajo los acordes secuenciales de la música , que por
cierto, nosotros los viejos estoy seguro que ese baile ya lo hemos visto en algún lugar que
por más que intento no recuerdo pues con
la edad se atrofia la memoria.
Otra moda que está en los
primeros lugares de popularidad es la que se refiere a las dietas, hoy los
jóvenes al parecer ya no quieren ser gordos y le han declarado la guerra a las
lonjas, panzas colgadas y cuerpos
“bofos”; atrás están quedando las hamburguesas con todo y su “cajita feliz”, los
tacos, hot dogs, tortas y las ricas garnachas, los chavos, gracias al internet,
ahora están metidos en todo lo que tiene
que ver con los porcentajes de proteínas, carbohidratos, aminoácidos y
multivitamínicos. Al mismo tiempo y como consecuencia de esta graciosa novedad,
los nutriólogos al fin han empezado a tener demanda de servicios y en muchos
hogares, como el mío, ha desaparecido el
pan de dulce, los frijolitos refritos, el chorizo y el tocino, la carne de
cerdo, la mantequilla y los tacos fritos
con crema y queso, de tal forma que los que no estamos involucrados en la dieta
cualquier chico rato también aparecemos con el estómago de lavadero, pero por desnutrición,
y ni modo, hay que aguantar o buscar a escondidas un refrigerio que nos llene
el huequito.
El éxito de estas modas
siempre va a depender de la disposición de tiempo, disciplina, sacrificio y
desde luego recursos para llevarlas al pie de la letra, ya veremos cuanto duran
y cuántas más nos tocará conocer. Sin embargo, no hay que olvidar que una
simple caminata diaria, ejercicios básicos al aire libre y alimentos sencillos
pero sanos no nos cuestan nada, y si los realizamos contentos, relajados y
pensando en positivo, seguro funcionan.
En la medida de nuestras
posibilidades tomemos en serio a nuestro organismo y tratemos de proporcionarle
los elementos que en verdad necesita para su buen funcionamiento, y a los
hijos, pues dejémoslos que suban y bajen con sus modas, siempre y cuando
vigilemos que sean para su bien.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario