jueves, 28 de noviembre de 2013

EJERCICIO Y DIETAS


EJERCICIO Y DIETAS.

Arq. Abel Colorado Sáinz.

A propósito del día del padre, quienes tenemos hijos entre los 15 y 30 años de edad, vemos con asombro las nuevas modas que están adoptando los jóvenes y enseguida vamos haciendo la comparación con las que había en nuestros tiempos, por ejemplo, ahora los chavos  están obsesionados con las rutinas del gimnasio, los chicos sueñan con tener el abdomen “marcado” para presumir el estómago de lavadero, los bicéps musculosos para usar camisas talla chica o de niño y así impresionar a sus fans. Las chicas también están empeñadas en marcar el abdomen y son presas del ejercicio diario, crossfit,  insanity, pesas, aparatos, ligas TRX y sobre todo uno que se hace llamar “Pole Dance” que no es otra cosa que un baile sexy utilizando un tubo vertical en el que realizan movimientos acrobáticos a base de cantoneos armónicos bajo los acordes secuenciales de la música , que por cierto, nosotros los viejos estoy seguro que  ese baile ya lo hemos visto en algún lugar que por más que intento no recuerdo  pues con la edad se atrofia la memoria.

Otra moda que está en los primeros lugares de popularidad es la que se refiere a las dietas, hoy los jóvenes al parecer ya no quieren ser gordos y le han declarado la guerra a las lonjas, panzas colgadas  y cuerpos “bofos”; atrás están quedando las  hamburguesas con todo y su “cajita feliz”, los tacos, hot dogs, tortas y las ricas garnachas, los chavos, gracias al internet, ahora están metidos en todo  lo que tiene que ver con los porcentajes de proteínas, carbohidratos, aminoácidos y multivitamínicos. Al mismo tiempo y como consecuencia de esta graciosa novedad, los nutriólogos al fin han empezado a tener demanda de servicios y en muchos hogares, como el mío,  ha desaparecido el pan de dulce, los frijolitos refritos, el chorizo y el tocino, la carne de cerdo, la mantequilla y  los tacos fritos con crema y queso, de tal forma que los que no estamos involucrados en la dieta cualquier chico rato también aparecemos con el estómago de lavadero, pero por desnutrición, y ni modo, hay que aguantar o buscar a escondidas un refrigerio que nos llene el huequito.

El éxito de estas modas siempre va a depender de la disposición de tiempo, disciplina, sacrificio y desde luego recursos para llevarlas al pie de la letra, ya veremos cuanto duran y cuántas más nos tocará conocer. Sin embargo, no hay que olvidar que una simple caminata diaria, ejercicios básicos al aire libre y alimentos sencillos pero sanos no nos cuestan nada, y si los realizamos contentos, relajados y pensando en positivo,  seguro funcionan.

En la medida de nuestras posibilidades tomemos en serio a nuestro organismo y tratemos de proporcionarle los elementos que en verdad necesita para su buen funcionamiento, y a los hijos, pues dejémoslos que suban y bajen con sus modas, siempre y cuando vigilemos que sean para su bien.

 


 

 

 

 

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