viernes, 3 de enero de 2014

NUEVOS ALCALDES


NUEVOS ALCALDES

Arq. Abel Colorado Sáinz.

Iniciamos el 2014 con nuevas administraciones municipales en Veracruz, a la mayoría de los ciudadanos nos cuesta trabajo creer que ahora si las cosas van a cambiar para bien, motivos no nos faltan, sin embargo, debemos hacer un esfuerzo y pensar de manera positiva, creo que es saludable y conveniente que otorguemos el beneficio de la duda a quienes a partir del primero de enero estarán  como responsables de cada uno de los ayuntamientos.

Pensemos que no es fácil la labor de un presidente municipal, en principio, llega con un marcado desgaste emocional y económico como consecuencia de meses de campaña, proceso de elección, preparación y organización de equipo; sabe y tiene claro que tiene que luchar contra la falta de credibilidad de mucha gente.  Tendrá que abandonar o destinar menos tiempo a su oficio, quehacer o profesión, su negocio tendrá la amenaza de venirse abajo por la inminente desatención, se verá precisado a implementar cambios sustanciales en sus actividades familiares  porque la esposa hace a un lado las labores del hogar y se desatiende el trato diario con los hijos, se modifican en gran medida sus hábitos y horarios de alimentación, paseos y descanso, pierde además una parte importante de su privacidad habitual, seguramente dormirá poco y mal, va a padecer trastornos de la garganta pues no dejará de hablar en todo el día, de tantas preocupaciones ni cuenta se va a dar cuando el cabello se le empiece a caer o se le llene completamente de canas, dejará de frecuentar y ser frecuentado por sus verdaderos amigos, ahora quienes lo busquen lo harán por interés, para reclamarle o para exigirle que  resuelva problemas que ni siquiera están a su alcance. Si no tomaba licor, lo hará obligado por los constantes compromisos sociales y políticos. Aun siendo gordo, viejo o feo, su nueva investidura lo convierte automáticamente en un prospecto para el romance fácil, situación que ha servido de prototipo para muchos  ex alcaldes que se han hecho de nuevas familias.

En fin, como vemos, tiene su lado complicado, el presidente otra vez vuelve a ser candidato, pero ahora a un infarto o a cualquier otra enfermedad derivada del exceso de trabajo, desvelos, presiones, enojos, gritos, reclamos, amenazas, insultos, traiciones, rumores y sobre todo chismes. Realmente es para reflexionar el trabajo de un alcalde, porque al final, cuando entregan la administración municipal, los pocos que fueron atendidos y beneficiados les aplauden y les echan porras, y los muchos que faltaron de atender no los bajan de corruptos y rateros, algunos terminan sus cargos enfermos, avejentados y con la familia partida en dos; otros, los menos, gozando de cabal salud vuelven a su trabajo cotidiano o deciden prepararse para saltar, con la bendición de arriba, a un nuevo cargo político.

Pero eso sí, ninguno de ellos sale pobre, les aparecen  casas nuevas, condominios en la playa, terrenos, ranchos, más y mejores autos, concesiones de taxis, negocios productivos, ropa de marca y chequeras gordas.  Atrás quedan los elogios, los aduladores se retiran, se apagan los reflectores, se deja de oír la frase: “Si señor lo que usted diga”, y regresan al punto inicial para tratar de vivir otra vez como cualquier ciudadano común y esperar pacientemente a que la historia los juzgue.

La sociedad, interesada hoy más que nunca en el progreso de su pueblo, debe mantenerse atenta y vigilante para que las cosas se hagan como debe ser y para que al presidente pues también le vaya bien y termine su mandato con las cuentas claras, contento, sano y en armonía con los ciudadanos. Así de fácil pero así de difícil.

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